Siempre
que una persona ingresa a una unidad de internación, con una
hemorragia activa o signos de que cursa con una, deberemos en lo
posible obtener cierta información vital que nos ayude a planificar
los cuidados y nos oriente a la causa del sangrado.
Debemos
saber si está tomando algún medicamento que altere su hemostasia
como los anticoagulantes orales o inyectables, antiinflamatorios,
aspirina, o cualquier otro analgésico. Si consume anticoagulantes,
cual es el motivo por el que lo hace.
Cuando
comenzó la hemorragia y a que se la asocia (herida cortante, golpe,
espontánea, etc).
Observar o
preguntar si la hemorragia se detuvo en algún momento.
Indagar,
si algún familiar le ha ocurrido lo mismo.
También
deberemos saber si ha tenido con frecuencia estos episodios, si son
por una enfermedad congénita o adquirida.
El
sangrado puede verse a simple vista, en heridas, epistaxis, en el
débito de sondas, etc. o en sus formas ocultas, petequias,
hematomas, equimosis, encefalopatías, cefalea, sangrado digestivo,
etc.
La
hemorragia pasa a ser urgencia cuando se pierde, interna o
externamente, el 20% del volumen total de sangre.
Los signos
y síntomas visibles son palidez extrema, sed, taquicardia,
hipotensión, nerviosismo, enfriamiento de las extremidades y de la
nariz, shock.
El
sangrado mucocutáneo puede presentarse de diferentes formas.
- Petequias: lesiones puntiformes pequeñas y redondeadas del tamaño de una picadura de un insecto, no tienen relieve, no son palpables en la piel ni se acompañan con signos inflamatorios. Cuando la forma es alargada se la denomina Víbice.
- Equimosis: son manchas extensas en forma de placa.
- Hematoma: es la colección subcutánea de sangre, si la hemorragia se encuentra dentro de las articulaciones se la denomina hemartrosis.
Si es
posible palparlos, es debido a un proceso inflamatorio ocasionado por
factores tóxicos, inmunológicos, drogas u otro componente. Esta
forma de púrpura se la denomina Vasculítica. Por lo general
están asociadas a alguna enfermedad reumatológica o debido a la
enfermedad de Schönlein Henoch.
El aumento
de la fragilidad capilar, también puede dar lugar a lesiones
purpúricas. Estas pueden ser debidas a la falta de vitaminas o por
consumo de corticoides.
Las
hemorragias pueden ser clasificadas en:
- Frecuentes.
Sangrados
post operatorios debido a una falla de la hemostasia local.
Déficit
de vitamina K
Ingesta
excesiva de ácido acetilsalicílico.
Coagulación
intravascular diseminada en patologías obstétricas, neoplasias o
sépsis.
Trastornos
autoinmunes (Lupus eritematoso sistémico y otros).
Cáncer.
Enfermedad
de Von Willebrand.
Enfermedad
renal crónica.
Enfermedad
hepática
- Poco frecuentes.
Anticoagulantes mal administrados.
Trombocitopenia inmunológica.
Mieloma múltiple.
Síndromes linfoproliferativos.
Transfusión masiva de sangre entera de banco.
- Infrecuentes o raros.
Vasculitis.
Trombocitopatías.
Amiloidosis.
Hepatoma.
Déficit
congénito de factores de coagulación.
Sensibilización
eritrocitaria.
Alteración
en la fibrinolisis.
Las
pérdidas sanguíneas pueden ser clasificadas según su localización
y también por las causas que la provocan.
Esta forma
de numerar las hemorragias no solo sirve para contabilizarlas o ver
cuantas formas existen o las causas que la inducen sino que a su ves
nos sirve como herramienta para valorar y tratar al paciente que
presenta este trastorno.
- Alteraciones locales.
Este tipo
de sangrado por lo general es visible, de rápida presentación,
fácilmente localizable y por lo tanto rápidamente tratable.
Epistaxis.
Sangrado
post operatorio.
Heridas
cortantes, punzantes o por golpes
Hipermenorrea.
Gingivorragia.
Extracción
de piezas dentarias.
Hematuria
- Alteraciones en la integridad de los vasos.
Algunas patologías pueden causar sangrado por alteración en las
paredes de los vasos sanguíneos. La gravedad del sangrado va a
depender de la magnitud de los vasos afectados.
Trastorno en el tejido conectivo. (Ej. telangiectasia hemorrágica
hereditaria)
Escorbuto.
Púrpura senil.
Síndrome de Marfán.
Síndrome de Ehlers-Danlos.
Síndrome
de Schönlein-Henoch.
Vasculitis
en eneral.
- Alteraciones plaquetarias.
Cualquier trastorno
ocasionado en las plaquetas, harán que estas no puedan actuar
adecuadamente y por lo tanto no podrán controlar en forma correcta
cualquier tipo de sangrado.
Trombocitopenia.
Trombocitopatía.
- Alteración en los factores de coagulación.
Cuando
un vaso sanguíneo se lesiona las plaquetas son las primeras en
comenzar el proceso de reparación, pero como solo esto no alcanza
también desencadenan la cascada de coagulación. Si existiera una
falla dentro de este complicado mecanismo donde el resultado final es
el detener la hemorragia, la sangre continuará fluyendo, aquí es
donde aparecen ciertos signos de sangrado:
Síndrome
purpúrico.
Petequias.
Ampollas con sangre.
Hemofilia
A, B, C
Enfermedad
de Von Willebrand.
Déficit de factor VIII, V, XIII, Fibrinógeno, X
o 2antiplasmina.
- Alteración en la fibrinolisis.
Una
ves hecho el coágulo sanguíneo y formado la malla de fibrina, esta
quedará hasta que el daño del vaso sea reparado. Luego un proceso
de destrucción de dicho coágulo denominado fibrinolisis empieza,
disipando el trombo formado y reestableciendo así la circulación
sanguínea por ese vaso.
Si
esta fibrinólisis comenzara antes de lo adecuado, y la lesión en el
vaso aún no se ha podido reparar comenzaría nuevamente el sangrado.
Cuidados
inmediatos de enfermería en caso de hemorragia
Si
bien los cuidados y acciones de enfermería van a depender de la
velocidad y el lugar donde se instale la hemorragia, estos bien
podrían ser:
Valorar,
nivel de conciencia, tipo y cantidad del sangrado.
Aplicar
presión en la zona de sangrado. Evaluar la formación del coágulo.
No esté cambiando las gasas muy seguido, el riesgo de eliminar el
coágulo con la gasa es grande y el sangrado continuaría.
Buscar
la causa del sangrado.
Asegurar
la permeabilidad de la vía aérea y administrar oxígeno.
Cuantificar
la cantidad de sangre perdida
Observar
la aparición de más sangrado, hematomas, petequias, equimosis,
hematuria, etc.
Instaurar
una vía endovenosa, extraer muestra de sangre (hemograma,
coagulación, bioquímico y para compatibilización sanguínea) y
colocar en primera instancia una solución fisiológica.
Si se debe aportar hemoderivados, estar atento a
la aparición de reacciones alérgicas.
Monitorizar
los signos vitales. La pérdida de sangre en gran cantidad se verá
reflejada en ellos. El paciente estará taquicárdico, hipotenso,
hipotermico.
Bibliografía
Manual
de enfermería pediátrica, Chow. Durand. Feldman. Mills, Editorial
Limusa, 1983 México D.F.
Pediatría
de Urgencia, G. Huault, B. Labrune, F. Beaufils, P.L. Toubas, B.
Vignes, Editorial Salvat, 1981, España.
Enfermería
Oncológica. Shirley E. Otto, Editorial Harcourt/OCEANO, 2003
Barcelona, España