miércoles, 25 de mayo de 2011

Etiología del cáncer

La edad el sexo, la raza y la herencia son factores que inciden en la formación de ciertos tipos de cánceres.
Además están los factores externos como la radiación, tabaco, alcohol, asbesto y muchos otros agentes que también pueden solos o asociados iniciar el crecimiento de un cáncer.
Anne E. belcher[1] menciona que “algunos agentes causales han sido determinados y otros se sospechan. Un factor predisponente al cáncer es la irritación crónica, como puede ser la exposición frecuente y prolongada a la luz solar o el consumo continuo de alcohol. Algunas lesiones benignas, como la Leucoplaquia de la cavidad bucal, los pólipos de colon y recto y los lunares pigmentados, pueden sufrir transformaciones malignas. Las personas que ya han sido diagnosticadas de cáncer, corren el riesgo de sufrir una recurrencia a la enfermedad en el mismo lugar o en otro distinto”.
También se ha visto que ciertos virus pueden estar asociados al cáncer, como el adenovirus, virus del herpes, Epstein Barr virus, virus de la hepatitis B, virus del papiloma humano.
Pero a pesar de todos estos datos aún no se puede determinar cual es la causa por la que una célula cambia y se transforma para luego replicarse formando un tumor.

Hay cinco teorías sobre la carcinogénesis, comienza a postularse en 1911 cuando Peyton Rous investiga sobre la posibilidad de que sea un virus el promotor del cáncer. Luego en 1969 Huebner y Todazo postularon la teoría del oncogén que consiste en que “el genoma celular contenía un "oncogén" potencialmente responsable de la transformación neoplásica, el que era transmitido por la línea germinal y podía ser activado por diversos agentes carcinogénicos”[2]. A partir de 1984, se observó que en ciertos tumores la falta o la inactivación de dos alelos de un gen determinado tenían un efecto estimulador para la proliferación de las neoplasias; esto se lo conoce como anti-oncogén. Basados en esta última se formó la teoría génica, “un cáncer surge como consecuencia de una cascada de eventos en el ADN genómico que involucra tanto activación de oncogénes como deleción de genes supresores de tumor”[3]. Y por último se ha postulado la teoría de la inflamación o del micro-ambiente, que consiste en la observación de células neoplásicas que permanecen latentes en el tejido humano en espera de una estimulación inflamatoria del micro-ambiente para "despertar" y comenzar su proliferación.

Los epidemiólogos John Higginson y Sir Richard Doll calcularon que entre el 80 y 90% de los cánceres resultan de factores ambientales[4].
La exposición a los rayos ultravioletas solares en forma directa durante largos períodos puede ser un factor causal de tumores malignos cutáneos.
También se encuentra en este mismo orden la exposición a radiaciones ionizantes, con una incidencia en leucemias, cáncer de tiroides, cáncer de mamas, pulmón, cerebro, hueso y piel.
El asbesto induce el desarrollo de mesoteliomas que puede estar favorecido por el consumo de tabaco.
La exposición con agentes químicos puede ser variada, por vía intraplacentaria, por contaminación de alimentos, agua, aire, por otras personas como portadoras o en forma iatrogénica.
Los químicos que hasta el momento se han descrito como cancerígenos son[5]:
Aflatoxinas, arsénico, asbesto, aminas aromáticas, alquilantes, azathioprina, benceno, éter bis (clorometílico), cromo, cloranfenicol, cloruro de vinilo, dietilestilbestrol, estrógenos, fenacetina, fenitoina, herbicidas, isopropil alcohol, methoxypsoralén + UV, gas mostaza, niquel, oxymetholona.
Se ha comprobado la carcinogénesis iatrogénica en el uso de agentes alquilantes y este poder aumenta con la combinación de radiaciones ionizantes. Los pacientes que han sido tratados y sobrevivieron al tumor maligno, tienen un riesgo veinte veces mayor de desarrollar un segundo tumor dentro de los cinco años siguientes.

No está aún bien establecida la implicancia que tiene la dieta sobre el desarrollo de enfermedades cancerígenas, pero se sabe que dietas elevadas en grasas, se las han asociado a cáncer de mama, colon y próstata y que ingesta bajas en frutas, vegetales, carbohidratos y fibras, con cáncer de colon, laringe, esófago, próstata, vejiga y pulmón.

Ciertos virus tienen un papel fundamental a la hora de la formación de un tumor cancerígeno. Se ha visto que los retrovirus pueden ser inductores de leucemias y sarcomas en las aves. El primer retrovirus asociado a cáncer en humanos es el HTLV-I, inductor de leucemia de células T. Luego se han descubierto otros, HTLV-II relacionado con la leucemia de células peludas, HTLV-III responsable del desarrollo del SIDA.
El Virus de Epstein-Barr es afín con el linfoma de Hodgkin y el carcinoma nasofaríngeo[6]. El Virus de la hepatitis B está asociado con el  carcinoma hepatocelular. El Virus del papiloma humano se asocia con el carcinoma de cerviz uterino, con la papilomatosis laríngea y con la epidermodisplasia verruciforme.



[1] Enfermería y Cáncer Anne E. Belcher, Mosby/Doyma Libros 1995.
[2] Dosne Pasqualini Christiane. La etiología del cáncer: Vigencia de cinco paradigmas sucesivos. Medicina (B. Aires)  [revista en la Internet]. 2003  Dic [citado  2011  Mayo  21] ;  63(6): 757-760. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0025-76802003000600015&lng=es
[3] Id.

[4] Mecanismos de la carcinogénesis, N.R. Drinkwater y B. Sugden, cap. 2, Manual de Oncología clínica, quinta edición, Internacional Union Against Cancer, Doyma, España 1992.
[5] Oncología pediátrica, L. Sierrasesúmaga, J. Cerdá, I. Martín Montaner, P. Barona, I. Villa Elízaga, Interamericana-McGraw-Hill, España 1992
[6] Id. Pag. 11

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